El 14 de febrero de 1930, Dios le hizo ver a San Josemaría que también Dios llamaba a las mujeres, a pertenecer al Opus Dei, para santificarse en la vida ordinaria.

En una entrevista recogida en el libro: “Conversaciones con Escrivá de Balaguer”, en el año 1968, respondió a una de las preguntas acerca de cómo orientar a las mujeres para vivir con equilibrio, su doble trabajo: Las mujeres están llamadas a llevar a la familia, a la sociedad civil, a la Iglesia, algo característico, que le es propio y que sólo ella puede dar: su delicada ternura, su generosidad incansable, su amor por lo concreto, su agudeza de ingenio, su capacidad de intuición, su piedad profunda y sencilla, su tenacidad… la feminidad no es auténtica si no advierte la hermosura de esa aportación insustituible, y no la incorpora a la propia vida.

Palabras muy actuales transcurridos 92 años de la fundación de las mujeres en el Opus Dei.

Miles de mujeres en todo el mundo, han descubierto a través del mensaje de San Josemaría, el sentido de la vida, al profundizar un aspecto muy importante del Opus Dei: somos hijos de Dios, y esa identidad nos recuerda que tenemos una dignidad que trasciende, que hombres y mujeres somos complementarios, caminamos uno al lado del otro, en el ámbito familiar, profesional, cultural y político.

La mujer es el pilar de la familia porque es nuestro proyecto más importante, destruida la mujer, destruida la sociedad. Podemos enseñar al mundo con nuestra vida, lo que es la belleza, el amor, la verdad, dándonos a los demás, viviendo el espíritu de servicio, la solidaridad, siendo un referente para las nuevas generaciones, por nuestra integridad.

Vale la pena darse a los demás y dejar una huella, que otras pisadas no puedan borrar.

¡Feliz día a todas!