PRECEPTORÍA ESTUDIANTIL FOMENTA DESARROLLO HUMANO NIÑOS JÓVENES

Tutora, preceptora, coaching o consejera, son algunos de los nombres que se usan para definir la preceptoría estudiantil y a la persona que realiza un acompañamiento a niñas y adolescentes durante su etapa escolar dentro de las Instituciones Educativas de algunos países del mundo, con el objetivo de ofrecer una Educación Personalizada, que no necesariamente está enfocada a reforzar temas académicos sino también temas emocionales, familiares y de desarrollo personal.

La Educación Personalizada es un modelo pedagógico reconocido por la UNESCO que aporta en la formación del criterio propio de cada alumno y en la toma de decisiones basadas en la libertad y responsabilidad, bajo una visión holística del ser humano y de sus necesidades sociales y culturales.

El Colegio Los Pinos de Quito es uno de los centros educativos que ofrece este beneficio a su alumnado, María Dolores Veintimilla, Tutora de la institución, asegura que este modelo es necesario: “Cada alumna es un mundo…el nivel académico es muy alto en el colegio pero también nos preocupamos por su parte emocional, familiar, individual, social y por la madurez de cada niña…estamos ayudando a los padres a formar personas”.

preceptoria quito

Cada alumna es un mundo… el nivel académico es muy alto en el colegio pero también nos preocupamos por su parte emocional, familiar, social y por la madurez de cada niña…estamos ayudando a los padres a formar personas

 

Todas las alumnas, desde que ingresan al colegio reciben el asesoramiento individualizado de una “preceptora”, quien se entrevista periódicamente con las alumnas y también con los padres de familia, para que en conjunto puedan ayudar a la joven en la búsqueda de su propio proyecto personal.

 

Según Veintimilla, las tutorías se basan en reglas específicas: “Buscamos una reflexión por parte de la misma estudiante, retándole a ponerse propósitos y a que pueda tomar su propia decisión”.

Tutorías en la preceptoría estudiantil

1.- Confidencialidad: Las tutoras manejan un “sigilo profesional” frente a los temas que se tratan con la alumna, y en caso de requerir la intervención de los padres, se lo hace con previa autorización y conocimiento de la misma.

2.- Confianza: Se respeta el proceso en que las alumnas tardan en adquirir la confianza con la preceptora para recibir el asesoramiento en los temas que les interesa tratar.

3.- Libertad: Las estudiantes tienen la libertad de decidir sobre sus propias acciones con el direccionamiento y consejos impartidos por las preceptoras.

 

Elizabeth Hiller, alumna de tercero de bachillerato del Colegio Los Pinos, cuenta que en su caso, la Educación Personalizada que ha recibido fue de gran ayuda para sobrellevar los cambios en su adolescencia: “Para mí fue necesario tener una tutora porque empezando por los cambios físicos que tenemos en esa etapa, una se siente insegura. Las tutoras fueron de mucho apoyo para saber por qué me pasaba eso y si era normal o no”.

Ahora que Elizabeth, está a punto de ir a la Universidad, asegura que, las tutorías se han enfocado en su futuro académico: “Las profesoras son personas muy maduras, tienen pensamientos y valores cercanos a los de uno, te guían muy bien en el camino de lo que uno debe o puede hacer, o por ejemplo en cuanto a dudas de la Universidad, ellas te conocen, saben cuáles son tus debilidades, tus fortalezas, en lo que eres buena y en lo que no, eso en lo personal me ayudó increíblemente.

La Educación Personalizada o preceptoría educacional ha permitido en algunos casos identificar alertas tempranas sobre problemas emocionales que tienen los jóvenes y que no necesariamente son conocidos por sus padres.

El contacto de las preceptoras con las familias permite, de ser necesario, impulsar un cambio en la dinámica del hogar, a favor del desarrollo y estabilidad emocional de las alumnas.