Dormir solo en cama

A partir de los dos años como padres experimentamos muchas inseguridades y dolor al ver a nuestros hijos llenos de miedo y llanto porque no quieren estar solos en su habitación.  Es importante tener en cuenta que si bien es cierto es una conducta normal, debemos corregirla a tiempo pues puede generar problemas a corto y largo plazo.

Generalmente estos temores se deben a que no les gusta quedarse solos o tienen miedo a la oscuridad.  Es importante que escuchemos qué es lo que pasa y por qué no quieren dormir en sus cuartos, tratar de dar solución a sus miedos, y calmarlos. Puede ayudar repetir en voz baja alguna frase que transmita seguridad y calma; y también puede ayudar encender una lámpara.

Hacer que el niño duerma solo en su cama es enseñar un hábito que entregará autonomía y ayudará para su independencia.

 

Algunas ideas que pueden ayudarte a crear una rutina pueden ser fijar una hora de dormir, contar un cuento, rezar juntos y darles un beso de buenas noches son algunas ideas para afianzar una rutina en el niño.

Si sentimos que el niño se despierta o grita y llora, podemos ir al cuarto para calmarlo repitiendo la misma frase que le entregue seguridad.

Es importante mantenerse firme y llevar al niño a su cama las veces que sean necesarias y las veces que se levante, sin gritos ni regaños, sin encender las luces, y anticipando que lo vas a llevarlo a su cama cada vez que se levante.  Cuando llevemos al niño a la cama, permanezcamos junto con él unos minutos parados para que sienta seguridad y que no significa un abandono.

Podemos motivarlo con recompensas como hacerle su desayuno favorito en la mañana, o realizar una actividad que le guste como pasear.

Es importante no retroceder ni ceder ante los pedidos del niño de “solo por hoy” o “solo porque es fin de semana”, esto sería como volver atrás y comenzar todo desde cero.  

Siendo constantes y firmes podremos construir el hábito que buscamos con el pequeño.

Una de las tácticas más utilizadas por los niños es decir que tienen sed para acaparar la atención y compañía de los padres.  Dejarle un vaso de agua para que no tenga que levantarse en caso de tener sed, puede ser la solución a esto.

Recuérdale a tu hijo que tú estás cerca, que cualquier cosa que necesita estarás ahí para solucionarlo, crear un clima de seguridad y confianza entre padres e hijos es muy importante.

Con paciencia, dedicación y disciplina puedes alcanzar el objetivo y lograr un correcto hábito de sueño en tu hijo.