Marzo, mes del labor social

Ser solidario es una característica que todas las personas deberíamos tener y vivir dentro de nuestras posibilidades, manera, porcentaje e incluso dependiendo de la edad. Hoy en día y más que nunca hay que encomendar, pedir y ser solidarios con los demás y más aun con los problemas y complicaciones que presenta la sociedad. Las familias, las instituciones educativas, las empresas privadas, el sector público, el

Estado y las organizaciones nacionales e internacionales son responsables de inculcar esta cultura de solidaridad para crear un mundo mejor.

“Por ejemplo, una de cada siete personas sufre de hambre. También, tres de cada siete personas están fuera del sistema, es decir, viven dentro de la pobreza. Adicionalmente, en un país de aproximadamente 20 millones de habitantes se pierden cinco personas al día y cuatro de ellas son menores de edad”, afirma Daniela Flores P en un artículo de la Revista Familia.

Las personas deben tener esa decisión de querer y lograr hasta cierto punto cambiar el mundo o de aportar un granito de arena. La idea es juntarse con un grupo pequeño de personas que estén interesados en mejorar alguna temático o aspecto específico de la sociedad para lograr hacer cosas notables y que valgan la pena.

Existen “un sinfín de temas sociales, como personas en situación de calle, trastornos neurológicos como el autismo, catástrofes naturales, enfermedades inmunológicas, hambre, trasplantes de órganos, donación de sangre o médula ósea, cuidado de personas de la tercera edad o huérfanos, desaparecidos, violencia de género, femicidios, soledad y suicidios, entre otros”, afirma Flores.

La satisfacción de ayudar y de ponerse en los zapatos de los demás, quitando nuestro egoísmo e individualismo.

 

Fuentes:

Days of the Year

Revista la Familia