Contar cuentos de tradición oral, cantar canciones, decir refranes, hacer adivinanzas… es abrir el camino para que lo literario tenga un puesto en esta etapa como un elemento valioso de comunicación. La literatura se integra dentro de la perspectiva general del aprendizaje de la lengua y de la comunicación.
La educación literaria en los primeros años pretende la formación de una lectora competente y para ello como docentes adoptamos algunas líneas de actuación en relación a las actividades del aula, dirigidas al desarrollo de la competencia lectora en nuestras niñas.
Entre las actividades literarias apropiadas al ciclo inicial y medio están las relacionadas con el cuento, la recitación de poemas, fábulas y las dramatizaciones desde una perspectiva lúdica a través de las animaciones a la lectura. Se plantean situaciones de la vida real para crear la necesidad de comunicarse a través de la lectura y la escritura.
En las aulas conjugamos actividades de recepción de los textos literarios: lectura, análisis e interpretación con las actividades de creación de escritos de intención literaria. Escribir poesía a partir de los modelos expresivos como un juego libre o regulado, de forma individual o colectiva, es una de las más eficaces formas de acercar a las alumnas a la creación literaria o como forma de estimular el uso creativo del lenguaje.
La base didáctica de la educación literaria se orienta a enseñar a valorar con matices diversos las producciones de cada época, como receptora activa, que participa, coopera e interactúa con el texto.
Artículo escrito por Silvia Morales, profesora de Lengua y Literatura.
