Mientras más pequeños son los niños, más tiempo lo dedican a las horas de sueño. Cada vez que crecen, el sueño se reduce según la edad. Se calcula que a partir de los 5 años y posteriormente hasta la adolescencia se duerme un 40%, es decir, alrededor de 10 horas cada noche.
La disminución de horas de sueño trae repercusiones negativas en la calidad de vida en todas las personas, especialmente, en los más pequeños. El no dormir bien hace que los niños no se desarrollen y bajen su rendimiento académico en la escuela y físico en el resto de actividades.
El Dr. Gonzalo Pin, en la revista Ser Padres, explica que “esto se produce porque cuando un niño duerme menos horas de las que necesita, se está perdiendo una parte del sueño REM. Esta fase del sueño es muy importante para que el pequeño grabe en su memoria lo aprendido en el día y para que su cerebro se recupere y esté más predispuesto a aprender cosas nuevas.”
Si la falta de sueño es repetitiva puede traer problemas de salud más graves. También se pierde la memoria, la concentración, la capacidad de reaccionar ante un estímulo, torpeza y hasta cambios de ánimo. Por eso es muy importante combinar un buen sueño con la realización de actividad física y una buena alimentación.
El Doctor recomienda que las horas de sueño sean las siguientes de acuerdo a la edad:
Desde que nace hasta el año: dormir alrededor de 17 horas.
- Desde que nace hasta el año: dormir alrededor de 17 horas.
- A los 2 y 3 años: dormir alrededor de 14 horas.
- A los 4 y 5 años: dormir alrededor de 13 horas.
- Desde los 6 hasta los 13 años: dormir alrededor de 10 horas.
- Desde los 14 a los 17 años: dormir alrededor de 8 horas.
Para conseguir un buen sueño se debe tener un buen entorno, es decir; que haya poca luz y poco ruido, que se duerma en un lugar cómodo y que la temperatura sea la ideal.
