ansiedad por separación

Hace exactamente una semana empezaron las clases para nuestros pequeños del Preescolar Los Pinos Intisana y con ello hemos experimentado, una vez más, la ansiedad por separación, pero, ¿es normal?

Antes que nada, es importante entender que no estás solo y que son muchas familias las que viven esto los primeros días o, incluso, las primeras semanas de clases. La ansiedad por separación es un comportamiento muy común en niños pequeños y puede variar en intensidad de un niño a otro. Tu hijo pequeño está librando (desde el punto de vista del desarrollo) una especie de batalla interna, pues, por un lado, está empezando a ejercer su necesidad de autonomía, queriendo hacer las cosas por sí mismo y, por otro, sigue dependiendo mucho de ti, de la seguridad y comodidad que le proporcionas.

Todo esto es parte de las características naturales de los niños, no se trata de defectos de su carácter, tu hijo sigue siendo muy impulsivo, extremista, irracional y, por supuesto, muy emocional. Ante la separación aún no es capaz de contener sus emociones y el hecho de que la pase un poco mal cuando te vas es bueno porque es un signo de apego sano y seguro, no es algo que debas temer o evitar, pero sí es importante que puedas conseguir un equilibrio.

4 pasos para manejar la ansiedad por separación fuera de casa:

Dejarle en la guardería o escuela puede ser una gran fuente de ansiedad tanto para ti como para tu hijo. Es una transición que puede evocar sentimientos de miedo, incertidumbre e inseguridad. Que tu hijo llore, grite y se aferre a ti los primeros días de clases no indica que le pase algo malo o que estés haciendo algo mal al enviarlo a la escuela, sino que se está expresando abiertamente de la única manera que sabe hacerlo y eso está muy bien.

Tu hijo no quiere socializar ni explorar el entorno fuera de casa cuando, por lo general, se encuentra en lugares nuevos, posiblemente llenos de gente nueva. No es raro que necesite un tiempo para procesar toda esta nueva estimulación antes de sentirse más cómodo para soltarse y socializar. Puedes ayudarlo siguiendo estos consejos:

  1. Verbaliza:
    “Parece que te sientes un poco tímido en este nuevo lugar”.
    “Veo que ahora quieres estar cerca de papá/mamá”.
    “Parece que todavía no estás listo para ir a jugar con tus nuevos amigos”.
  2. Valida:
    “Está bien, puedes quedarte aquí con tu profesora”.
  3. Anima:
    “A veces necesitamos tomarnos nuestro tiempo. Tomémonos nuestro tiempo y estemos aquí juntos hasta que estés preparado para ir con la profe y tus nuevos amigos”.
    “Tómate tu tiempo y cuando estés listo, puedes decirme y vamos juntos con la profe”.
  4. Guía:
    “Mira a ese niño en la resbaladera… wow qué rápido baja. Escucha cómo se está riendo mientras juega…”

Con todo esto, no estás presionando a tu hijo para que participe, simplemente le estás ayudando a asimilar y procesar (utilizando sus sentidos) lo que le rodea a su propio ritmo, sin juzgarlo ni avergonzarlo.

Lo que debes evitar:

Sabemos que no siempre es fácil, pero es posible y merece la pena, solo necesitas mucha paciencia y prestar atención a lo que debes evitar en lo posible:

  • No desprecies ni minimices los sentimientos de tu hijo: “¿Por qué lloras? No llores… Te lo vas a pasar muy bien…”
  • No pidas que te entienda: “¡Ya vuelvo! No pasa nada. Vas a estar bien. Ahora vuelvo, te lo prometo”.
  • No uses la culpa o la vergüenza: “Quieres que me vaya a trabajar, ¿verdad?, para que pueda comprarte todos esos juguetes… ¿No quieres estar en la escuela jugando con tus amigos? Mira a todos los demás niños aquí, nadie está llorando… ¿por qué tú sí?”.
  • No hagas responsable a tu hijo de tus sentimientos: “Si estas triste, mamá/papá se pone triste también… no quieres eso o si? ¿por qué me lo pones tan difícil?”.
  • No hagas demasiadas preguntas: “¿Por qué no quieres que te acompañe? ¿No quieres que lo haga?”.

Finalmente, recuerda que no se trata de “venderle” a tu hijo la idea de lo bien que se lo va a pasar, ni con quién jugará o lo mucho que se va a divertir, sino lo seguro y protegido que se puede sentir. Primero son las necesidades básicas de protección y seguridad, después viene la alegría y la felicidad. Aquí te dejamos algunas ideas finales que pueden ser muy útiles al momento de hablar con tu hijo:

“¿Quién te cuida en casa? Yo, así es. Si necesitas un abrazo, estoy aquí para dártelo… Si tienes hambre, te doy de comer… Jugamos juntos, ¿recuerdas cómo jugábamos con tu camión azul? Sí… Y cuando estás en la escuela, ¿quién cuida de ti allí? Tu profesora”.

“¿Qué significa eso? Tu profesora… te dará agua cuando tengas sed… te cogerá de la mano y te dará un abrazo si estás triste… jugará contigo… te leerá un libro. Yo cuido de ti en casa y tu profesora cuida de ti en el preescolar”.

Para saber más de este tema, te invitamos a seguir las redes de la Dra. Siggie Cohen: https://www.instagram.com/dr.siggie

Fuente: Cohen, S. (2023). 3 Steps to managing toddler separation anxiety. [PDF]. https://drsiggie.com/