Es un entorno diferente en el que fortalecemos su sistema muscular y óseo tan sólo invitándolos a recorrerlo, caminar en una superficie irregular cargando cubos de arena, bloques entre otros juguetes permite al niño desarrollar su motricidad gruesa, su equilibrio, cuando juegan con un rastrillo o una pala están trabajando en su motricidad fina y la coordinación ojo mano tan importante para el proceso lecto – escritor.
Una de las mayores ventajas del juego con arena es el desarrollo de la creatividad e imaginación, los niños se trasladan a lugares diferentes, recuerdan momentos compartidos en familia, si se les provee de juguetes adecuados construyen puentes, castillos, fosas y volcanes. Exploran nuevas texturas si agregan agua, y eso activa el entusiasmo y emoción por el juego. Se convierten en arqueólogos, turistas, constructores.
El arenero invita a los niños a jugar en grupo y esta oportunidad nos permite fortalecer con ellos habilidades sociales y lingüísticas, pues aprenden a trabajar en equipo, a respetar a sus amigos y compartir. Comprenden la importancia de tomar turnos y colaborar.
En nuestro arenero del Preescolar es una oportunidad para trabajar la autonomía en los niños al motivarlos a sacarse y ponerse las medias y zapatos, a dejar todo en orden después de divertirse, a mantener hábitos de higiene limpiando bien sus pies y lavando correctamente sus manos; a obedecer al adulto cuando indica que el tiempo terminó, entre otras.
Está comprobado que aquellos niños que tienen la posibilidad de jugar de manera cercana con pasto, tierra o arena tienen un sistema inmunológico fuerte. Así que cuando sus niños tengan la oportunidad de jugar con arena no lo dude, motive este sano juego y únase a ellos seguro disfrutarán de un hermoso y único momento.
Artículo escrito por María Belén Espinoza, Profesora 1ero EGB Preescolar Los Pinos – Intisana