Las metodologías de aprendizaje deben ser dinámicas y cambiar de acuerdo a las necesidades de las nuevas generaciones. El conocimiento está a nuestro alcance, y sin embargo siempre será necesario ayudar a niños y jóvenes a desarrollar destrezas que les permitan hacer buen uso de ese conocimiento.
En nuestro Preescolar, el trabajo con destrezas de pensamiento y hábitos de la mente va alcanzando cada vez mayor protagonismo. El pensamiento crítico, la resolución de problemas, la toma de decisiones, la empatía, la persistencia, el manejo de la impulsividad, la creatividad y el buen humor, son varias de las destrezas y hábitos que se insertan en todas las actividades de aprendizaje y convivencia.
Los beneficios que la aplicación del TBL -Thinking Based Learning– como metodología principal de enseñanza aportan a la educación y formación de los niños, son de gran alcance y se logran evidenciar a muy corto plazo; presentamos 6 de ellos:
- Los niños se hacen conscientes de su capacidad de aprender a aprender. Los niños pasan de repetir y memorizar a adquirir habilidades, conocimientos, conductas y valores que les lleven a buscar y descubrir nuevas experiencias, conceptos, definiciones y conocimientos.
- Logran ser más reflexivos y menos impulsivos para aprender y para actuar en su vida cotidiana. Los niños son capaces de admirar, contemplar y apreciar los pequeños detalles; estas destrezas se aplican también en su vida fuera de las aulas y en sus relaciones interpersonales.
- Participan activamente en las estrategias a seguir en las diferentes maneras de llegar al aprendizaje. La adquisición de conocimientos no es proceso mecánico, los niños saben lo que aprenden y cómo lo han aprendido, de esta manera lo pueden reproducir y aplicar en cualquier otra situación.
- Refuerzan su pensamiento crítico y creativo mientras toman control de sus emociones. Argumentar y poner en palabras el propio pensamiento, generar ideas, tomar decisiones y resolver problemas se consiguen con el desarrollo paralelo de la inteligencia emocional.
- Dan valor a sus ideas y opiniones generando un ambiente propicio para la escucha activa, el respeto a las diferencias y a la crítica constructiva. Son capaces de analizar distintas situaciones, encuentran varias maneras de ver las cosas, plantean más de una estrategia, demuestran comprensión, aceptan la confusión y se toman su tiempo para encontrar una solución creativa.
- Aumenta el desarrollo cognitivo al establecer mayor cantidad de conexiones neuronales. La neurociencia ha aportado significativamente en el campo educativo, así podemos afirmar que las bases neurales del aprendizaje, de la memoria y de las emociones, así como de muchas otras funciones cerebrales, son estimuladas y fortalecidas en el aula siempre y cuando se apliquen las metodologías idóneas.
Luque Rojas, profesora de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Málaga y de la Universidad Internacional de la Rioja, afirma que “debemos conseguir que el aprendizaje sea más útil, más creativo, más rápido, más intenso, más ameno, y cada vez tenemos más información sobre cómo hacerlo”.
Nuestros niños juegan y aprenden mientras adquieren herramientas fundamentales para su desarrollo en la sociedad actual; ya no son únicamente receptores y reproductores de información sino que se convierten en verdaderos protagonistas de su aprendizaje, primer paso para convertirse en líderes capaces de generar ideas, proponer cambios, escuchar con conciencia crítica y aportar positivamente a su entorno.
Artículo elaborado por Pinina Delgado de Pacheco, Directora del Preescolar Los Pinos Intisana.