A menudo escuchamos hablar de espacios de aprendizaje. Por años hemos estado acostumbrados a ver clases tradicionales, donde la relación alumno-docente es definida por el espacio que cada uno ocupa dentro de estas. La idea de responder a las necesidades infantiles es, justamente, dar paso a nuevos espacios de aprendizaje que permitan el pleno e integral desarrollo de los niños dentro y fuera del aula.
Los espacios de aprendizaje (EA) deben responder a objetivos y contenidos concretos; no son un complemento en el proceso de enseñanza, al contrario, son una nueva manera de concebirla. Bajo este enfoque, la profesora tiene un rol valioso y crucial: observar y provocar situaciones en las que los niños, por iniciativa propia, aprendan. Lo importante no es la maestra que enseña, sino el niño o niña que aprende, situación que le lleva a convertirse en el verdadero protagonista de su proceso.
Por lo tanto, los espacios de aprendizaje permiten una dinámica de trabajo compartida, bajo unas normas conocidas por todos, alumnos y docentes; además, están pensados para que los niños sean quienes elijan el espacio en que quieren trabajar y la propuesta que quisieran hacer dentro de ese espacio específico.
Ventajas de los Espacios de Aprendizaje
Sustituir la dinámica habitual de mesas y sillas, por un aula organizada por ambientes y espacios, dividida en diferentes áreas de aprendizaje, tiene muchas ventajas para docentes y alumnos, entre ellas:
- Respeta el ritmo de trabajo de cada niño/a.
- Favorece la autonomía y la socialización de los niños/as.
- Enriquecimiento mutuo.
- El docente puede observar qué rol adopta cada niño/a dentro del grupo y qué habilidades es necesario incentivar.
- Permite conocer y atender a los niños y niñas de forma más personalizada. Un eje fundamental en nuestra institución.
En el Preescolar Los Pinos Intisana trabajamos constantemente para que cada espacio y ambiente esté diseñado no sólo para adquirir una serie de conocimientos, sino también para divertirse. Tanto aulas como áreas verdes y de juegos están pensadas para ambas propuestas. Solo de esta manera podremos unir la emoción al aprendizaje y responder a la enorme curiosidad de los pequeños. Ejemplo de esto es nuestro espacio denominado Playtime, donde los niños y niñas, además de jugar, escogen las actividades que están previamente pensadas como una introducción a algún concepto o tema en específico.
El gran reto en la construcción de estos espacios de aprendizaje es que no se conviertan en espacios de juego libre, sino que cada alumno esté conectado con el aprendizaje y alcance el máximo de sus potencialidades.