Como parte de la formación integral de nuestras alumnas, su salud es una prioridad, por tal motivo, para dar inicio a este programa de acompañamiento nutricional, se llevó a cabo una charla sobre los diferentes trastornos alimenticios debido a la ansiedad, como son la anorexia y la bulimia, dictada por Maite Fuster, reconocida nutricionista y tutora del colegio.
La anorexia como la bulimia son trastornos de la conducta alimentaria producidos por diferentes factores que tienen que ver con una percepción distorsionada del propio cuerpo o con atracones nerviosos de comida debido a la ansiedad. Aunque comparten ciertos factores son diferentes y ambas representan un grave riesgo para la salud física y mental. Las personas que sufren estas enfermedades tienen baja autoestima, son inseguras y suelen tener la necesidad de control, tienden además a convertir su cuerpo en su principal fuente de identidad.
Ambos trastornos inician en la pubertad o adolescencia y son predominantemente femeninas, ya que afecta a 9-10 mujeres por cada varón que las sufre. La anorexia nerviosa es un trastorno que se caracteriza por una restricción de la ingesta de alimentos y la pérdida significativa de peso. Las afectadas tienen una percepción distorsionada de su propio cuerpo, por ello, inician una disminución progresiva del peso mediante ayunos, disminución drástica de la cantidad de comida y práctica intensa de ejercicio físico.
Esta enfermedad suele asociarse a alteraciones psicológicas graves que provocan cambios de comportamiento, de la conducta emocional y una estigmatización del cuerpo.
Las personas con bulimia tienden a restringir la alimentación con el objetivo de perder peso. Sin embargo, el hambre y la impulsividad, como parte de un malestar psicológico más profundo, les lleva a realizar un consumo en atracón. “Este generalmente se produce en la tarde-noche”
Las consecuencias en ambos casos pueden llegar a ser muy graves: puede haber afectación cardiaca, renal, digestiva, ulceras y caries, así como caída de cabello, uñas quebradas, piel reseca, entre otras.
Al tratarse de trastornos que inician en la adolescencia el papel de la familia es fundamental. Sin embargo, hay factores protectores como comer en familia, sin teléfono o televisión, tener un horario para las comidas, tener una alimentación saludable y variada. El factor más importante es que la chica esté rodeada de cariño tanto en casa como con sus relaciones sociales fomentando un ambiente de confianza y seguridad.
Posterior a la charla se realizó el test Inbody que consiste en el análisis de la composición corporal, que divide al cuerpo en cuatro componentes: grasa, masa corporal magra, minerales y agua corporal.
Este análisis se lo realizó a 50 niñas, después del test se les entregó los informes y se impartió una pequeña clase en grupos reducidos sobre el estilo de vida saludable y los pilares para tener un correcto crecimiento y desarrollo. Dichos pilares son alimentación, ejercicio físico, horas de sueño e hidratación. Fue una grata experiencia donde pude constatar el interés de las niñas por “sentirse guapas” y estar saludables.
Artículo elaborado por Maite Fuster, Tutora del Colegio Los Pinos.
