[vc_row][vc_column][vc_column_text]La exigencia académica es el camino para alcanzar la calidad educativa de niños y jóvenes. Parte del logro de este objetivo, es que los docentes eduquen e impulsen el desarrollo de los talentos de sus alumnos al máximo, lo cual implica que estudiantes y maestros den lo mejor de sí mismos en las aulas y se esfuercen por mejorar continuamente, para que los jóvenes logren aprendizajes profundos y significativos.[/vc_column_text][vc_column_text]El aprendizaje significativo es, según el teórico estadounidense David Ausubel, un tipo de aprendizaje en el que un estudiante relaciona la información nueva con la que ya posee, reajustando y reconstruyendo ambas informaciones en este proceso, lo que significa que el acceso al conocimiento por parte del alumno requiere de un esfuerzo intelectual verdadero.[/vc_column_text][vc_column_text]El fomento de una cultura del estudio, no solo dentro de las instituciones educativas sino fuera de las aulas, es una responsabilidad compartida entre la escuela o colegio que lo fomente, un docente que lo exija y un alumno que se comprometa.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=”1/2″][vc_column_text]Quienes apuestan a este proceso y a su rigor toman en consideración la obligación de comprender que la exigencia académica tiene el afán de que los estudiantes tengan un alto rendimiento tanto en su presente como en su futuro universitario y profesional.
El alto rendimiento académico de los alumnos depende de dos factores: las habilidades y el ambiente de aprendizaje. Ambos influyen de manera positiva en su desempeño. A esto se suma la implementación de programas que estimulan el desarrollo de las habilidades socio- afectivas de los estudiantes.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/2″][stm_spacing lg_spacing=”20px” md_spacing=”20px” sm_spacing=”20px” xs_spacing=”46px”][stm_spacing lg_spacing=”20px” md_spacing=”20px” sm_spacing=”20px” xs_spacing=”46px”][stm_spacing lg_spacing=”20px” md_spacing=”20px” sm_spacing=”20px” xs_spacing=”46px”][stm_blockquote]….. la exigencia académica tiene el afán de que los estudiantes tengan un alto rendimiento tanto en su presente como en su futuro universitario y profesional.
[/stm_blockquote][stm_spacing lg_spacing=”20px” md_spacing=”20px” sm_spacing=”20px” xs_spacing=”46px”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][stm_single_image img_alignment=”center” img_responsive_enable=”true” img_id=”3575″][stm_spacing lg_spacing=”20px” md_spacing=”20px” sm_spacing=”20px” xs_spacing=”46px”][stm_spacing lg_spacing=”20px” md_spacing=”20px” sm_spacing=”20px” xs_spacing=”46px”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Según la Colaborative for Academic, Social and Emotional Learning (CASEL por sus siglas en Inglés) la relación entre habilidades socio – afectivas y éticas y el rendimiento, también han sido apoyados por investigaciones que han intentado definir las características de los alumnos exitosos.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Se ha estudiado que los alumnos que alcanzan altos niveles de rendimiento tienen interacciones sociales e intelectuales activas con sus pares y profesores; participan de forma dinámica en el aprendizaje (en contraposición con una recepción pasiva del conocimiento); se comunican efectivamente , preguntan y piden ayuda cuando lo necesitan; además son capaces de trabajar bien en grupos de aprendizaje cooperativo. Todas ellas son competencias relacionadas con habilidades socioemocionales, éticas y comportamentales.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]