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¿Por qué la educación emocional es clave desde el preescolar?

La educación emocional en la primera infancia juega un papel fundamental en el desarrollo de los niños, especialmente en el contexto escolar. En el Preescolar Los Pinos Intisana, creemos que es esencial enseñar a los niños a reconocer, comprender y manejar sus emociones desde una edad temprana. La educación emocional no solo les proporciona herramientas para lidiar con sus sentimientos, sino que también les enseña a establecer relaciones saludables, afrontar desafíos y colaborar eficazmente en el futuro.

La importancia de las relaciones saludables

Uno de los beneficios más grandes de la educación emocional es que ayuda a los niños a desarrollar relaciones saludables. A medida que aprenden a identificar sus propias emociones y las de los demás, se vuelve más fácil para ellos empatizar, comprender y respetar los sentimientos de quienes los rodean. Esto no solo es fundamental en su vida escolar, sino que también sienta las bases para futuras relaciones interpersonales, ya sea con amigos, compañeros de trabajo o familiares.

En un entorno emocionalmente seguro y consciente, los niños pueden establecer conexiones genuinas con sus compañeros. Este tipo de habilidades emocionales les permitirá formar relaciones que son respetuosas y empáticas, lo cual es crucial para su bienestar a largo plazo.

La cooperación y el trabajo en equipo

A medida que los niños desarrollan su capacidad para regular y expresar sus emociones, también mejoran sus habilidades para trabajar en equipo. La educación emocional fomenta la cooperación, una habilidad que será invaluable en su vida adulta. Si desde pequeños aprenden a colaborar, a resolver conflictos y a compartir, estarán mejor preparados para trabajar en equipo en entornos más complejos, como en una empresa o en proyectos comunitarios. La base de una buena cooperación radica en saber manejar nuestras emociones de manera efectiva y respetuosa.

Regular sus emociones

Un aspecto crucial de la educación emocional es enseñar a los niños a regular sus emociones. Esto significa que deben aprender a reconocer cuando están sobrepasados por sus sentimientos y, en lugar de reaccionar impulsivamente, puedan tomar un paso atrás y gestionar lo que sienten. La regulación emocional también ayuda a los niños a expresar sus necesidades de manera clara y apropiada, lo que previene frustraciones y conflictos innecesarios.

En el futuro, un niño que haya aprendido a regular sus emociones será capaz de expresar lo que siente de una manera saludable, buscando ayuda cuando la necesite y evitando caer en problemas emocionales graves como la depresión y ansiedad. En lugar de reprimir sus sentimientos, podrá comunicarlos, lo que le permitirá buscar apoyo y construir un entorno emocionalmente saludable a su alrededor.

Afrontar desafíos

La educación emocional también tiene un impacto significativo en cómo los niños enfrentan los desafíos. A través de la enseñanza de habilidades emocionales (auto motivación), los niños aprenden a no rendirse a la primera dificultad, sino a persistir en la lucha por sus sueños. En la vida, los desafíos serán inevitables, pero los niños que tienen las herramientas emocionales adecuadas estarán mejor equipados para enfrentarlos y superarlos. La resiliencia es una de las principales habilidades que se desarrollan mediante la educación emocional, permitiendo que los niños aprendan a levantarse después de cada caída.

¿La clave para regular las emociones?

La clave para que un niño logre regularse emocionalmente es el vínculo que tiene con sus padres, profesores y compañeros. Un vínculo afectivo sólido permite que el niño se sienta seguro y respaldado en momentos de frustración o tristeza, lo cual facilita el proceso de regulación.

Los estudios han demostrado que desde nuestro cerebro prefrontal, como adultos, tenemos la capacidad de ayudar a los niños a regular sus emociones. En momentos de estrés o crisis, no es que los niños no quieran calmarse, sino que no pueden hacerlo por sí mismos por su etapa de desarrollo. Es en estos momentos cuando el apoyo de un adulto es importante, ya que las habilidades sociales se aprenden

Heterorregulación emocional: un proceso que involucra presencia, conexión y empatía

 

La heterorregulación emocional es el proceso mediante el cual los niños aprenden a manejar sus emociones con el apoyo de un adulto. Para que este proceso sea efectivo, es necesario seguir algunos pasos clave:

  1. Presencia: El primer paso es la disponibilidad emocional del adulto. Estar presente y disponible para el niño, tanto física como emocionalmente.

  2. Conexión: Es vital crear una conexión emocional con el niño. Dejar de lado distracciones y centrarse completamente en él, generando una burbuja de seguridad.

  3. Empatizar: El siguiente paso es ponerse en el lugar del niño. Comprender qué necesita y cómo se siente, demostrando que sus emociones son entendidas.

  4. Responder adecuadamente: Finalmente, se trata de responder a las necesidades del niño de una manera que lo ayude a sentirse apoyado y comprendido. No se trata de darle lo que quiere, sino lo que realmente necesita en ese momento. 

¿Cómo NO usar la educación emocional?

Es importante tener en cuenta que la educación emocional no debe ser utilizada como una herramienta de castigo. Prácticas como la “silla para pensar” o el “rincón de reflexión” pueden ser contraproducentes, ya que no enseñan a los niños a manejar sus emociones, sino que las reprimen.

Además, las emociones no son “buenas” o “malas”. Las emociones pueden sentirse agradables y otras no tanto, pero todas son válidas. La clave es permitir que los niños sientan y validen esas emociones sin juzgar. La tristeza, el miedo o el enojo son emociones que deben ser aceptadas, no reprimidas. De lo contrario, la resistencia a sentir estas emociones puede desencadenar problemas más graves, como la depresión, la ansiedad o la violencia.

A la educación emocional no podemos confundirla con permisividad, es encontrar las herramientas adecuadas para que los niños desde las primeras edades puedan responder a los desafíos desde el autocontrol y empatía, con criterio y conciencia de sus actos.

La educación emocional en los primeros años es una inversión fundamental para el futuro de nuestros niños. Al enseñarles a reconocer y gestionar sus emociones, les estamos proporcionando las herramientas necesarias para vivir una vida plena, saludable y exitosa. En el Preescolar Los Pinos Intisana, trabajamos día a día para ofrecerles un entorno emocionalmente seguro y enriquecedor, donde puedan aprender, crecer y desarrollar todo su potencial.

 

 

 

 

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